sábado, 19 de junio de 2010

ATENCIÓN. STOP. NUEVAS NOTICIAS DESDE EL SIULA GRANDE.


LOS PADRES, MADRES, AMIGOS Y AMIGAS, COMPAÑERAS Y AMANTES, CONFIDENTES Y PRESTAMISTAS PUEDEN QUEDAR TRANQUILOS. ESTAMOS VIVOS PERO LAS SECUELAS PSICOLÓGICAS PERMANECERÁN POR LARGO TIEMPO.

Después de separarnos en Jahuacocha y despedirnos de los miembros de la expedición abierta nos dirigimos al Campo base de la mítica montaña del Siula Grande con 6344m de altitud. Tras pasar una noche en Huayapa, dos días de caminata nos dejan al pie de la laguna Sarapococha nutrida directamente por el glaciar del Siula. Simón y Mikel no están con nosotros. Dicen que les han visto en la que presume de ser la montaña más difícil del Perú, “el Tamboraju”*. La aclimatación es dura… Empezamos los porteos hasta la base de la pared y tras un día de descanso en el que nuestro cocinero Juan – sin duda el mejor de la cordillera-, nos deleita con platos inimaginables a 4.500m, salimos hacia la montaña. Viene con nosotros una invitada especial, una perra a la que alimentamos como si fuese un miembro más de la expedición, (nota para la protectora de animales) y la apodamos perrita Corominas que de forma inaudita, asciende con nosotros hasta las inmediaciones del sinuoso glaciar del Siula. Estamos en el campo 1; Silver (el forajido de Alpedrete), Álex (el Bitxo), Martín (el Rumano), Dani (el pequeño) y Perrita Corominas (posible nominada al piolet de oro canino). A todo esto nuestra intención es escalar ese pepino de montaña que se levanta por encima de nuestras coronillas, el Siula Grande. Montaña marcada por el épico descenso de Joe Simpson en el año 85, os recomendamos la lectura de su libro Tocando el Vacío. Salimos a las 8 de la tarde hacia la base de la pared, el paisaje era un tanto desolador pues al pie de vía había cientos de proyectiles que en algún momento del día podrían caer sobre nosotros, piedras, bloques de hielo, llaves inglesas o panes con mermelada caían en cuanto el sol golpeaba la pared. Tras unos cientos de metros de escalada se levantó un viento horrible que acabó con nuestra esperanza por alcanzar la cumbre esa noche, esto nos hace volver al campo 1 e intentar dormir algo en el rato que nos queda antes de que salga el sol. Por la mañana la motivación del equipo ha decaído, el viento arrecia con fuerza y las raciones de altura se agotan. Sólo la perrita Corominas permanece impasible, soportando la ventisca a la intemperie. Sabemos que Simón y Mikel subían esa tarde pero nada estaba claro. Los caminos del Tamboraju son impredecibles. Ahora es cuando la naturaleza apunta a los más débiles, Martín soñaba con su huerta y con construirse su propio chalet y formar una familia con un perro de tipo labrador y Álex soñaba con granados, con las calles del Albaicin y el buen aroma del moro que ambientaba las calles de su añorada ciudad. Se bajaron los muy cabrones, sin vacilaciones. Algunos hombres duros como Silver y Dani permanecen en las alturas. Ahora nuestra misión tiene un objetivo meramente comunicativo. En nuestro descenso sin remordimiento por el glaciar divisamos con sorpresa un sombrero de tipo peruano que asoma entre las piedras de la morrena. A su sombra estaba Simón y más atrás Mikel que habían superado su prueba en la ciudad. Una vez junto con Dani y Silver sus cordadas, renovadas, se vuelven indestructibles. Mientras, los de abajo, dan de comer al pollo y comienzan a diseñar la estructura de su futura vivienda. Qué ilusos, no saben que seguramente se vendrá abajo… La noche del 13 de junio atacan la pared ya con una estrategia diferente. La primera era sin saco y esta última con saco. Se trataba de ascender en la noche hasta una cueva de hielo en mitad de la pared, antes de que el sol comenzará a debilitar la cohesión de las peligrosas estructuras que colgaban en el vacío. Cuando Simón y Mikel llegan a la cueva de hielo, Silver y Dani ya están en la parte superior de la pared buscando el camino hacía la cumbre. La suerte no los acompaña, la nieve acumulada en los corredores no está transformada y la progresión resulta agotadora a la vez que peligrosa. Es en este momento cuando con resignación, deciden también bajarse y comunicarle el estado de la pared a sus compañeros, Mikel y Simón que les siguen entre las entrañas del Siula. La ascensión ha terminado. Las condiciones de la pared no eran las mejores. Ahora su único pensamiento es bajar lo más rápido posible, pisar el suelo y acariciar a perrita Corominas que les esperaba a pie de vía. En unos pocos minutos, aquello parece más una cruzada por un campo de minas afgano que un descenso andino por una pared helada. El azar juega su turno y ha decido que sobrevivamos después de la experiencia. La expedición ha sido un éxito. No ha habido ninguna víctima. Balance: Dos nuevas rutas abiertas en la oeste del Mitaraju, un intento a la arista este del Yerupajá y dos intentos a la imponente pared oeste del Siula Grande. Habrán comprobado vuesas mercedes la ausencia de cumbre en esta, nuestra expedición. No es que carezcamos de ese sentido romántico que caracteriza al alpinismo pero juramos tomar cursos intensivos de formación en tácticas especiales de progresión en nieve inestable; apertura de túneles a través de las cornisas, hongos y corredores, bregar con la nieve azucarosa por encima de las rodillas… * Tamboraju: nombre con el que coloquialmente se denomina al local nocturno más frecuentado y pervertido de Huaraz.

Martín Elías y Álex Corpas.

martes, 8 de junio de 2010

Últimas noticias

El EEA sigue perdido en los profundos valles de la cordillera Huayhuash. Por medio de un arriero ha llegado un mensaje y varias fotos:

Mensaje tranquilizador:

De las nueve personas y siete pollos que alcanzaron en el campo base junto a la laguna Jahuacocha, sólo han muerto cuatro pollos. Todavía.

La letrina se ha movido varias veces de lugar lo que indica que la ingesta calórica del equipo y su rítmo intestinal funcionan de maravilla.

La droga está conceptuada socialmente como mala pero para nosotros no es así. Nos hemos dado cuenta de que el alto rendimiento está muy ligado al paracetamol, ibuprofeno, fortaseX, edemox, orphidal, etc... Nos ayuda a ser más personas por encima de los 4000 metros. Quién lo iba a decir: ¡viva la droga!

El campamento base está rodeado de excrementos de vaca.

Hemos escalado dos rutas nuevas en el Mitaraju (5700 mts,) tienen una longitud de 450 metros y una latitud muy ecuatorial pues el hielo estaba hueco. Todavía no tienen nombre.

Los miembros de la expedición abierta se han portado estupendamente aguantando tres ascensiones a montañas de 5000 metros, la falta de oxígeno, nuestros pedos y olor a piés. No pudieron subir al Rasac (6012 mts) pero han disfrutado al máximo.

Simón y Martín Elías después de su intento frustrado al Rasac con Ana y con Jose suben hasta 6200 metros en el Yerupajá. El mayor adoctrina al pequeño en las miserias de la montaña con un vivac a 6000 metros. El pequeño dice que quiere ir a Riglos.

Saludos para Manu Córdova que a estas alturas más le vale haber terminado la carrera para no perderse ningún otro viaje con nosotros. Le echamos mucho de menos, sobre todo en los largos difíciles.

Si alguien viene que traiga más somníferos y analgésicos.

Mandamos unas imágenes que dan prueba de nuestro buen estado físico y mental. A pesar de lo que parece no tenemos edema (tomamos todos los días edemox), ni estamos secuestrados por Sendero Luminoso.

Hemos movido el campamento base y vamos a por la cara oeste del Siula Grande. Más información sobre la belleza de está montaña en: Simpson, Joe. Tocando el vacío. Ediciones Desnivel. Madrid.